Las migraciones son parte fundamental de la naturaleza. Las aves, los peces y otros animales emprenden cada cierto tiempo migraciones por exigencias de la alimentación o la reproducción. En la condición humana, de igual forma, están presentes en todas las culturas y relacionadas con todas las religiones en todos los periodos históricos existentes. La migración se convierte en una práctica cotidiana y tradicional de los pueblos que llega a configurar toda una cultura.

 

 

A través de una metáfora que habla más de llegar, y no de partir, Flavia Robalo y Verónica Fonzo nos presentan Andanzas, exposición compuesta por 23 piezas que llegan por primera vez a México. La migración y las raíces son temas centrales de la muestra y el punto de diálogo de las piezas de ambas. Moverse a otra cultura, transformarse y crecer en esa transformación.  A pesar de que Flavia Robalo y Verónica Fonzo muestran obras que podrían asemejarse por estar cargadas de nostalgia, o de la llamada “melancolía del tango argentino”, debido a que ambas comparten la misma formación y muchas experiencias en común, las creaciones de cada una tienen una tendencia particular.

 

 

Flavia, de manera sutil y orgánica, con piezas de madera y hierro se inspira en lo onírico, la fantasía, los sueños y recuerdos infantiles, hablando analógicamente de la migración con el vuelo de las aves y su relación con las raíces (o su origen). En las obras de Flavia se ve el andar y esta todo el enlace con los pájaros como animal migratorio y el juego del viento como elemento que ayuda a ese movimiento y el bagaje que uno va llevando, las ramas, las raíces, los pájaros como símbolos del volar y del migrar y del llevar cultura de un lado al otro, alimentarse de esa cultura, el contagiar mismo en el andar.

 

 

La obra de Verónica, de manera aséptica y delicada, con piezas de mármol, tierra y bronce, recurre a la vida, la feminidad, a la niñez, y a su reinterpretación desde la mitología griega. Habla de trashumancia y la migración, mediante representaciones de centauros, símbolos del movimiento en familia, en tribu, con la cultura; con toda el alma que uno lleva en ese camino que es el camino de todos los días, porque al final de cuentas, todos, como ellas, somos migrantes en una tierra nueva y llevamos nuestra cultura siempre. Cualquier ser humano que se mueve, que abre puertas es un migrar, es un transformarse constante. La obra en diálogo como un viaje metafórico, partir del hogar, aquello cercano, tan cercano que nos hace sentir en casa: el sillón cómodo, los vestidos a medida de nuestra alma. Eso que entonces somos nosotros, reencontrados, retornados, aterrizando de aquel vuelo que es la separación de nosotros mismos, del principio y del final. Un estado casi inalcanzable, un pez que se te escapa de las manos.  Son esos momentos los que reconocemos, los que nos interesan. El camino con la casa a cuestas.

© Enrique Marín

 

Andanzas
Exposición de cámara, piezas de pequeño formato.
Horarios de visita:
Martes a viernes de 11:00 a 17:00 h

Hasta el 15 de agosto del 2019.

Terreno Baldío Arte

Orizaba 177 esq. San Luis Potosí, Col. Roma

Fotos © Pierre Fudarylí para Terreno Baldío