México D.F. a sábado 13 de mayo de 2006
por María José Vargas
 

Un grupo de alrededor de 20 ángeles salen a la calle para posicionarse de dos puentes peatonales en el periférico sur. La intención, recordarle al ciudadano que podríamos vivir todos mejor si tuviéramos un espíritu de paz. Ello debido sobre todo a los últimos acontecimientos de violencia por parte de ciudadanos y policías en el Estado de México y en el país en general.

Es así que conformando una especie de espectacular humano y –en este sentido- animado, instalan una manta colgada del puente que dice “Violencia NO, la paz es el camino” y ellos se colocan con diferentes posturas portando sus alas y cargando unos hermosos claveles.

La reacción de los automovilistas (niños, jóvenes, adultos, militares, policías, etc.) no se dejó esperar. Gritos, chiflidos, claxonazos, cambios de luces, señales con las manos (puños, amor y paz, saludos, cuernos rockeros, pulgar arriba, etc.), entre otros, demostraron que gran parte de la población necesita sentirse esperanzada, requiere creer en la utilidad de la paz y en que ésta se puede lograr.

Por supuesto que hubo también señales de rechazo pero las mínimas y, siendo tan pocas, se hacían casi desapercibidas frente a las señales de aprobación y apoyo que eran demasiadas.

Podemos agradecer a estos ángeles que hayan decidido recordarnos que también existe bondad en el mundo y que dentro de nosotros –seres humanos- todavía podemos encontrarla.

Podemos agradecerles que se hayan puesto de lado de la humanidad y que no hayan tomado postura alguna frente a la violencia vivida.

Gracias a los que participaron y estuvieron dispuestos a caer del cielo para brindarnos su tiempo, su esperanza, su mensaje de paz y su purificación.

Los mismos ángeles caídos*
Algunas palabras recibidas (y por supuesto, agradecidas): “¡Bravo!” “¡Eso es!” “Pónganse a trabajar” “Pónganse a estudiar” “Huevones” “¡Arriba el PAN!” “Los hubieran matado a todos en Atenco” “¡Aviéntense!”
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*María José Vargas es Politóloga por el Tec de Monterrey, y actriz por La Casa del Teatro, actualmente pertenece a la compañia de teatro callejero La Nave.